Saturday, May 21, 2016

Aprendizajes de un viaje en solitario

Lo que aprendí al viajar solo

Desde mi punto de vista, por supuesto, si bien se aprende mucho de un viaje en solitario, no creo que sea una experiencia apta para todo el mundo - lo cual no quiere decir que no la recomiende, ¡ojo! -. Asimismo, pienso que hay una diferencia digna de mencionar entre iniciar un viaje solo y quedarse solo durante un viaje.

Cuando planificas irte como mochilero por tu cuenta, ya tienes una idea más o menos clara de que, durante el camino, no vas a tener más que tu propia compañía. Y de algún modo, tu mente encuentra la forma de prepararte psicológicamente para ello. Es difícil, claro, pero si has tomado la decisión de emprender un viaje solo, es altamente probable que te termines encantando de la libertad absoluta que un viaje a solas te permite. No hay nada como ir a tu propio ritmo; apurarte sin que te atrasen, y tomarte tu tiempo sin que te apresuren. Comer donde se te plazca, levantarte a la hora que desees. Hacer lo que tú quieras. En otras palabras, no hay nada como no tener que tomar decisiones de manera colectiva y esperar a que todos concuerden para concretar un plan. Es un poco como la autonomía de vivir solo. 

Cuando te quedas solo durante un viaje, en cambio, el proceso de adaptación a continuar viajando sin tu pareja, sin tus amigos, sin tu familia, o sin quienquiera que estés viajando, se vuelve un tanto más complejo y, a ratos, te invade una sensación de aburrimiento y un poco de tristeza que no agrada para nada. Sí, vas a conocer a otros viajeros, sí, puede que hagas amigos de por vida, pero puede que no. Ambas situaciones pueden darse y son igualmente probables.

Durante las semanas en que continué mi viaje en solitario, puedo decir que aprendí una serie de lecciones, por así llamarlas, que me gustaría compartir con quienes leen este blog. Lecciones que aprendí no sólo al viajar en solitario, sino lecciones que aprendí al tener que continuar mi camino a solas y arreglármelas, de alguna u otra manera, para eliminar esa sensación de aburrimiento y tristeza que a veces me invadía. Lecciones de un tener que viajar a solas, y de un tener que continuar a solas un mismo viaje. 

Viajando solo

Conoce tus límites: no hay necesidad alguna de hacer algo si sientes que no tienes que hacerlo. Ya sea por tiempo o ganas, puedes saltarte un lugar y el mundo no se va a acabar. Y si quieres hacer algo, hazlo. Lo importante es que estés tranquilo contigo mismo y disfrutes del lugar donde estás y de lo que estás haciendo. Después de todo, viajar no significa probarlo todo. 

No cambies. Reconócete: antes de viajar, algunos amigos y hasta mi propia familia me decían que iba a cambiar. Y hasta cierto punto lo creí así. Después de todos estos meses, me di cuenta de que la idea de un viaje no es cambiar, sino reconocerse. No hay nada más dañino, en mi opinión, que querer modificar quienes somos. Ya seas tímido y callado, o extrovertido y con una personalidad desbordante, lo que importa es que conserves esas cualidades de tu personalidad y las aceptes. Te vas a sentir mejor contigo mismo.Y creo que de eso se trata un poco la vida, de aceptarse uno mismo para que todo lo demás caiga en su lugar. 

Aprende a entrenar tu intuición: viajar no es mariposas y arco iris todo el tiempo. Hay gente de mala esencia aquí y en la quebrada del ají. Escúchate a ti mismo y trata de distinguir a quienes quieren ayudarte de quienes quieren usarte. Rodéate de los que valen la pena, ya sea de lugareños de la zona que estás visitando así como de viajeros como tú. Y esto corre en tu vida del día a día también. 

No dejes de viajar: solo o acompañado, viajar es una experiencia enriquecedora en todo sentido. Es cierto, y entiendo, que muchas personas no puedan hacerlo porque deben concentrarse en otras cosas, como poner comida sobre la mesa y proporcionar a sus familias un techo bajo el cual dormir; sin embargo, y con todo respeto, aun así no me parece una excusa. Viajando, escuché la historia de una mujer cuyo esposo la abandonó a ella y a los hijos que habían tenido como pareja. Demás está decir que el sueño de viajar a Paris de esta mujer se fue a la basura. O por lo menos así lo creeríamos todos. Todos los días, la mujer ahorró un dólar para que cuando su labor de madre acabara, ella pudiera cumplir su sueño. Y así fue. Apenas sus hijos ya estaban grandes e independientes, la mujer usó el dinero ahorrado y, después de años, logró cumplir su sueño y visitó Paris. Lo que importa es hacerlo, y no cuánto tiempo te tome hacerlo. Recuerda eso. En lo personal, este viaje me tomó un poco más de tres años. Pero lo hice y ahora lo atesoro enormemente. 

Permítete extrañar a tus seres queridos: extrañar no es un signo de debilidad. Todo lo contrario, es un signo de humanidad. Salir de tu zona de confort no sólo implica dejar tu casa, sino también a tus amigos y familia. Normal es que sientas su falta, y si así es, permítete extrañarlos. Reprimir esos sentimientos sólo porque tienes miedo a que te tilden de débil no tiene sentido alguno. Así como llorar es bueno porque significa que lo has intentado, extrañar también es bueno porque significa que a quien extrañas te importa, y a veces mucho más de lo que creías. 

No tengas miedo de la auto-dependencia: cuando viajas solo, automática y paulatinamente aprendes a depender de ti mismo. Es cierto que todos tenemos autonomía, claro está, pero cuando viajas por tu cuenta, esa autonomía es diferente e interesante. Constantemente, tienes que saber desenvolverte y buscar en ti la forma idónea de hacer las cosas. Si te pierdes, te tienes que saber encontrar. Si te enfermas, te tienes que saber cuidar. Si te intentan estafar, te tienes que saber defender, etc. Dicho de forma un poco cliché, pero cierta, eres literalmente tú contra el mundo. 

Continuando solo

Léete un buen libro: en el Sudeste Asiático decir que no tuviste la oportunidad de leer es querer pasarse de listo. A hostal que vayas, vas a encontrar libros en muchos idiomas. Y si ya has leído uno, puedes intercambiarlo por otro que te interese. En mi caso, leí tres libros: El Amante Japonés de Isabel Allende, First They Killed My Father de Loung Ung, y finalmente Eat Pray Love Made Me Do It de varios fanáticos que se inspiraron en el primer libro para llevar a cabo sus sueños. Así que lee, que te va a ayudar a distraerte. 

Elige un buen lugar donde quedarte: en mi experiencia, es imprescindible quedarse en un lugar que te agrade. Después de unos días solo, visité Kuta. No quiero decir que fue mala idea, pero la cuidad no me gustó en lo absoluto. Perdí la cuenta de cuántas veces me ofrecieron drogas en la calle, de cuántas veces me toquetearon para que me hiciera un masaje, y de cuántas veces me intentaron convencer de tener sexo con "ladies", como me susurraban al oído mientras caminaba. Finalmente viajé a Canggu a pasar los últimos días de mi viaje, y el lugar me enamoró desde el primer minuto en que llegué. Les comparto aquí unas fotos para que entiendan porqué, cuando hablo de este lugar, me refiero a él como un pedacito de paraíso en la tierra. 

Estanque de agua para los campos de arroz cerca de Peregrinan Beach
Colores del atardecer en Echo Beach
Otro estanque de agua para los campos de arroz a orilla del camino
Sal en bicicleta: durante mis últimos días, le arrendé una bicicleta a una señora muy agradable. Me sirvió para distraerme y recorrer más fácilmente el área donde estaba quedándome. Además, hice bastante ejercicio, lo que es siempre beneficioso para la salud y ayuda a levantar el ánimo. También puedes hacer otro tipo de actividades dependiendo de dónde estés. En mi caso, la bicicleta es una de las actividades que me gusta hacer y que, además, quería hacer en Bali.

Toma fotos: si te gusta la fotografía, y la combinas con quedarte en un lugar que te agrade, y que además sea lindo, entonces vas a estar bien ocupado en la tarea de tomar buenas fotografías y luego compartirlas en tus redes sociales. En lo personal, todos los días saqué fotos de la última ciudad en la que me alojé. Repleta de campos de arroz, vacas y sus crías pastando, atardeceres de un color naranja intenso, lugareños cultivando sus plantaciones y un sinnúmero de situaciones más, nunca me aburrí de pasearme en bicicleta con mi cámara en mano. 

Lugareña en labores de poda a orilla del camino
Vacas pastando cerca del hostal. Hay varias por todos lados y son mansas.
Habla con la gente: conversa con quien te topes en el camino. Tal vez no vayas a hacer amigos de por vida, pero eso no quiere decir que no puedas entablar una conversación con otros viajeros. Dar y/o recibir un consejo, hacer preguntas, compartir información, etc., son maneras de enriquecer tu viaje. Después de todo, nunca se sabe a quién vas a conocer y nunca está demás una mano amiga. 

Escribe tus experiencias: antes de comenzar mi viaje, creé este blog, por lo que aproveché mi tiempo solo para seguir tomando notas de todo lo vivido y, así, actualizar mi página más adelante. Como no llevé mi computador con el fin de evitar peso extra, se me hizo un poco más difícil mantener la información actualizada. Sin embargo, en un cuaderno pequeño o en el mismo celular, como lo hice yo, se puede tomar apuntes para luego dar paso a textos más elaborados. Escribir me ayudó a mantener mi mente ocupada. Y, sinceramente, avancé bastante. Ahora sólo falta pulir la información y subirla al blog. Espero que les sea útil cuando esté lista. 

En resumen, viajar solo resultó ser una experiencia satisfactoria. A ratos puede hacerse un tanto monótona, incluso un poco triste, sobre todo si tienes que continuar tu viaje solo después de haber compartido grandes momentos con tu(s) compañero(s) de viaje, pero después de todo, una experiencia que vale la pena vivir. 

Si disfrutaron de este post, les pido como siempre compartirlo en sus redes sociales. El próximo post (en inglés) será sobre nuestra experiencia de viaje en Laos. 

¡Quédense atentos!

Ben

No comments:

Post a Comment